Ante el suicido de Dolly, el matoneo debe ser un delito en toda Australia

El suicidio de Amy 'Dolly' Everett, de 14 años, ha encendido las alarmas sobre el impacto del “bullying” escolar y cibernético.

Dolly Everett took her own life after being bullied.

Source: News Corp; Facebook

¿Por qué alguien en la flor de su adolescencia va a querer quitarse la vida? ¿Por qué nadie se dio cuenta que estaba siendo atormentada? ¿Cómo evitar que otra familia tenga que confrontar tal pesadilla?

La muerte de Amy “Dolly” Everett, de 14 años, ha dejado no sólo consternado a todo el país, sino con más preguntas que respuestas, que van desde el reclamo por la atención que este caso ha generado -ante la supuesta indiferencia de los suicidos en los jóvenes aborígenes,- hasta la falta de penalización por el abuso en las plataformas de internet, algo que puede afectar a cualquier joven, independientemente de su etnicidad.

Ya en Australia Occidental el suicidio de una niña aborigen de 10 años en marzo de 2016 envió señales trágicas de que algo muy malo se debe estar ignorando como para que alguien tan pequeño vea la muerte como la “solución” a los problemas de su vida.

Para los menores aborígenes de 14 años o menos, el suicidio es la segunda causa de muerte, y tienen 8 veces más probabilidades de morir por suicidio que sus pares no aborígenes.

Pero si bien las estadísticas de vidas jóvenes aborígenes que se pierden no logran condoler a todo el mundo, -pues la razón para la desesperanza indígena puede abundar en causas históricas en la misma proporción que en inacción, políticas fallidas contemporáneas o mera indiferencia, -  la muerte de una jovencita no aborigen como Dolly ha conmovido a Australia aunque se produjera en el Territorio del Norte, donde vive un grueso de la población aborigen del país. 
Esto es algo que hizo notar al afirmar que la muerte de Dolly había expuesto la indiferencia de Australia ante la crisis de suicidio de los aborígenes y por la que se ve “poca o casi ninguna respuesta” por parte de los medios del país.

Cuando se produjo el suicidio de la niña aborigen de diez años, el gobierno federal prometió evaluar un proyecto en Australia Occidental, de 1 millón de dólares, con el fin de atajar un fenómeno que es una de las trágicas consecuencias de la desventaja socioeconómica que sufren los primeros pobladores del país, y que se manifiesta en encarcelamientos, violencia doméstica, abuso sexual, drogadicción, alcoholismo y muerte temprana. Todavía no sabemos si la revisión ha tenido algún impacto.

Pero Dolly no representa a un colectivo, y su muerte se debe a razones ligadas a la modernidad. A diferencia de los aborígenes cuando fallecen, que por razones culturales no exhiben rostros ni apellidos, la cara de Dolly se hizo pública, y su foto sonriente luciendo un sombrero, - que era parte de una campaña publicitaria, de hace ocho años, -  reforzaba la búsqueda de respuestas a las preguntas que todos se hacían al verla: ¿Por qué alguien querría herirla? ¿Qué tan tormentosos eran sus días y por qué no se pudo hacer nada para sacarla de la desesperanza?
'Dolly' Amy Everett
'Dolly' Amy Everett Source: Facebook
El tormento de Dolly no se puede explicar con razones históricas o políticas fallidas, pero ese hecho no hace que su muerte no amerite que la Nación se esculque el alma y que el gobierno, las escuelas y la comunidad en general, no hagan nada para intentar prevenir casos similares en el futuro.

Dolly puede ser cada uno de los chicos australianos que de manera voluntaria han dejado entrar a su torturador a su casa a través de las ventanas que abren las redes sociales, aunque en la mayoría de los casos el matoneo ha empezado en la escuela. "Estamos perdiendo a nuestros preciosos hijos" decía una madre durante el funeral de Dolly, cuyo hijo también se había quitado la vida por el matoneo en internet.

El 25% de los estudiantes ha sido víctima del matoneo

Un estudio de la organización de salud mental encontró que uno de cada cuatro estudiantes, entre mil entrevistados de 14 a 25 años, había experimentado matoneo en el último año. Más de la mitad, (52%) dijo haberlo sufrido en la escuela, el 25.3 por ciento en el lugar de trabajo y otro 25.3% en internet.

El silencio con el que muchos jóvenes soportan su suplicio hace más difícil que sus padres los puedan ayudar a tiempo.

Casi la mitad de los encuestados pidió ayuda o apoyo, y el 48 por ciento de estos acudió a sus padres, mientras el 33 por ciento buscó a sus amigos.

El estudio indica que las principales razones por las cuales muchos no piden ayuda son el estigma, la vergüenza y el temor de ser vistos como “débiles”. Algunos tienen la percepción de que pueden manejar el problema por ellos mismos, o que no es lo suficientemente serio como para buscar ayuda.

Pero, según una encuesta de Mission Australia, entre más de 20.800 estudiantes australianos de 8 a 14 años de edad, la mayor prevalencia del matoneo se presentaba entre quienes cursaban año 5, o sea niños de 10 u 11 años, lo cual debería hacer sonar alarmas más tempranas entre padres y educadores.

Aunque la víctima del matoneo puede ser cualquier persona, los estudiantes en mayor riesgo son los que no tienen un lugar dónde vivir, los que sufren una discapacidad, los que se sienten atraídos por alguien del mismo sexo, y los jóvenes de minorías raciales, étnicas y religiosas.

Según el Australian Journal of Guidance and Counselling, el matoneo puede hacer que la persona se sienta sola, insegura, temerosa, estresada, avergonzada y rechazada. Sentimientos cruciales a una temprana edad, cuando las relaciones de amistad y el sentido de pertenencia son fundamentales para la autoestima de un adolescente, donde hasta la invitación a celebrar un cumpleaños es un indicio de su aceptación en un grupo.
The Facebook photo used by Dolly Everett's family.
The Facebook photo used by Dolly Everett's family. Source: Facebook: Tick Everett

Legislación nacional contra el “bullying”

Tras la muerte de Dolly, una pareja de Queensland, Quentin y Michelle Pearson, que perdieron a su hijo Kodi de 14 años cuando se suicidó después de ser acosado permanentemente por internet en en 2016, están instando al gobierno a aprobar una legislación nacional contra el acoso escolar.

Quentin Pearson le dijo a SBS News que mientras "cada uno pasa por lo mismo de manera diferente", él sabe del "horrible" periodo que la familia Everett habría estado sufriendo.

Pearson dijo que las leyes nacionales contra el matoneo harían que los perpetradores "lo piensen dos veces antes de hacer lo que hacen".

"Es fácil esconderse detrás de un teclado y escribir lo que quieran ... Necesitan rendir cuentas por lo que están haciendo".

Según la Fundación Bully Zero Australia, , y se penaliza hasta con diez años de cárcel.

En otros estados, las leyes de acoso e intimidación cubren algunos elementos de la Ley de Victoria, pero no existe una ley específica que tipifique la intimidación como un delito.

El primer ministro Malcolm Turnbull también ha aprovechado la muerte de Dolly para instar a que se tomen más medidas contra el acoso.

"Se deben tomar todas las medidas para reducir la incidencia del acoso escolar, ya sea por fuera o dentro de internet, y eliminarlo donde sea que podamos", escribió Turnbull en una publicación de Facebook.

"Se necesita mucho más trabajo de parte de los gobiernos, los grupos de salud y las propias compañías de internet para prevenir el acoso cibernético, detenerlo cuando ocurre y minimizar su impacto cuando se produce".

“Deje de intimidar y sea amable. Hágalo por Dolly"

Cientos de personas se reunieron en la Escuela Pública de la calle Casuarina en Katherine, el viernes, para despedir a Dolly, y muchos atendieron el llamado a vestir de azul, su color favorito.

"Por favor, solo hable con sus hijos y con cualquier otra persona y recuerde, hable incluso si su voz tiembla. Deje de intimidar y sea amable y hágalo por Dolly", dijo Tick Everett, el padre de Dolly, después de la ceremonia.

La familia también anunció que crearían un fideicomiso llamado Dolly's Dream para crear conciencia sobre la intimidación, la ansiedad, la depresión y el suicidio juvenil.

"No recuperará a nuestra Dolly, pero puede evitar la pérdida de otra vida joven", dijo Everett.

¿Por qué no me di cuenta?

Una amiga de Dolly, Taniesha Southeron , dijo que ella y otros quedaron preguntándose si podrían  haber hecho algo para evitar el suicidio de la adolescente.

"¿Me perdí algo? ¿No vi algo? ¿He dicho algo mal? ¿Ha tomado algo que he dicho de la manera incorrecta? Es muy difícil para todos nosotros. Sé que todos nos hemos hecho esas preguntas. "

El domingo, Everett también llamó a los agresores de su hija para asistir al servicio fúnebre.

"Por favor, venga a nuestro servicio y sea testigo de la devastación total que ha creado", escribió Everett.

Aplicaciones (Apps) que han facilitado el matoneo cibernético

Katrina, una madre de Queensland lanzó una campaña para cerrar una aplicación que se utilizó para intimidar a su propia hija.

"No quiero que mi hija u otra se convierta en la próxima Dolly", escribió Katrina en la petición , que ya recibió más de 70.000 firmas.

Katrina está pidiendo a las tiendas de aplicaciones de Apple, App Store, y Google Play que cancelen las descargas de Sarahah, una aplicación que permite a las personas dejar comentarios anónimos entre sí.

El sitio de internet de Sarahah dice que la aplicación "le ayuda a descubrir sus fortalezas y áreas de mejora al recibir comentarios honestos de sus empleados y sus amigos de manera privada".

Katrina dijo que su hija no tiene la aplicación, pero se "destrozó" después de ver un mensaje escrito sobre ella.

"Mi hija ni siquiera tiene esta aplicación, pero estos matones le enviaron los comentarios sobre ella a  su amiga, diciéndole que debería suicidarse por lo que todos estarían mucho más felices y que todos la odian", dijo Katrina a The Courier-Mail.  

Ella agregó que una aplicación similar, Sayat.me, estaba relacionada con el suicidio de un adolescente del Reino Unido que fue intimidado por internet el año pasado.

La policía del Territorio del Norte confirmó que están investigando las circunstancias que rodearon la muerte de Dolly.

"La policía de NT puede confirmar que están investigando todas las circunstancias que rodean la muerte no sospechosa de una niña de 14 años. Se preparará un informe para el forense", dijo un vocero de la policía.

Los lectores que buscan apoyo e información sobre la prevención del suicidio pueden comunicarse con Lifeline en 13 11 14, Suicide Call Back Service al 1300 659 467 y Kids Helpline al 1800 55 1800 (para jóvenes de 5 a 25 años).

 

 


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Published 14 January 2018 12:53am
Updated 15 January 2018 2:57pm
By Soraya Caicedo
Source: SBS


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