Richard Bryant, profesor de psicología de la Universidad de Nueva Gales del Sur, está dirigiendo un ensayo nacional de tratamiento para personas que luchan contra el estrés causado por la pandemia.
Bryant asegura que la gente está ansiosa por el final de los confinamientos, porque la mayoría de la gente lo espera con enorme ilusión.
El añade que las pruebas en el extranjero muestran que algunas personas siguen teniendo problemas con su salud mental después de que se levantan las restricciones.
La preocupación del gobierno en Australia se centra en el impacto de los prolongados confinamientos en la salud mental de sus ciudadanos y para ello ha financiado diferentes programas para el acceso gratuito a psicólogos.
Sin embargo, hasta ahora, la mitad de los niños australianos con enfermedades mentales no reciben ayuda profesional a tiempo y menos de un tercio de los padres recurren a los servicios para ayudar a sus hijos con problemas, según cifras oficiales del gobierno.
Las cifras son sorprendentes, sobre todo si se tiene en cuenta que la mitad de los adultos con enfermedades mentales comienzan a experimentar síntomas a una edad temprana.
Una nueva estrategia gubernamental pretende solucionar este problema, para arreglar un sistema empantanado por las largas listas de espera y los elevados gastos que afectan de manera importante el bolsillo.
La Estrategia Nacional de Salud Mental y Bienestar de los Niños es una primicia mundial, y proporciona un marco para ayudar a apoyar la salud mental y el bienestar de los niños de 12 años o menos, así como de sus familias, más aun cuendo se han identificado altos niveles de ansiedad a medida que salimos de los confinamientos.
Ha sido elaborada por la Comisión Nacional de Salud Mental y apoyada por un grupo consultivo de expertos, sobre la base de meses de consultas con el sector.
Entrevistada: Fabiola Bedón, psicóloga clínica en Sídney.
