Debido al confinamiento impuesto en Nueva Gales del Sur, Victoria y Australia del Sur, muchos trabajadores casuales se han visto obligados a cambiar de empleo.
La chef brasileña de 27 años Bruna Bringel, perdió su trabajo en un restaurante cuando Sídney volvió a confinarse.
Ella forma parte del grupo de unos 600 trabajadores, en su mayoría ocasionales, que se emplean como limpiadores durante la pandemia.
Su trabajo incluye limpiar áreas de alto tráfico de gente como la icónica Bondi Beach de Sídney como parte de sus rondas diarias.
“Cuando llegó el COVID, me salvó. Porque aquí estoy teniendo una segunda oportunidad. El año pasado, cuando llegó el COVID, estuve cinco meses desempleada. Así que logré ponerme de nuevo en el mercado, para poder pagar mis facturas”, detalla.
Puntos destacados:
- A pesar de la demanda de trabajo, algunas empresas sufren la falta de trabajadores dispuestos a hacer tareas de limpieza.
- Los sindicatos de trabajadores dicen que con un gran número de trabajadores transitando desde de otros sectores al de la limpieza, los riesgos deben ser manejados de forma adecuada.
- El personal de limpieza se considera prioritario para vacunarse contra el COVID, como parte del personal de apoyo para los trabajadores de la salud.
A pesar de la demanda de trabajo, no siempre se encuentran trabajadores dispuestos a hacer tareas de limpieza, en parte por miedo al COVID-19 y en parte por la escasez de estudiantes internacionales, un grupo de población que tiende a tomar estos trabajos.
Carolina Costa tienen una pequeña empresa de limpieza que se centra más en las limpiezas de casas, y a pesar de la demanda de trabajo, ella asegura que desde que empezó la pandemia, el personal escasea.
Costa explicó a SBS Spanish que aunque el pago para los trabajadores de la limpieza ha subido a $35 - $40 dólares la hora, a ella le cuesta encontrar limpiadores.
“Es difícil encontrar trabajadores porque quieren un buen pago y hay pocos estudiantes y pocas personas que quieran trabajar”.
“Antes teníamos entre tres y cuatro personas y atendíamos entre 80 y 90 casas, pero con el COVID se bajó a la mitad”, explica Costa.
Con un gran número de trabajadores transitando desde de otros sectores al de la limpieza, los sindicatos dicen que los riesgos deben ser manejados de forma adecuada.
Cleaner Bruna Bringel at Bondi. Source: SBS Sandra Fulloon
El Sindicato de Trabajadores Unidos asegura que una encuesta reciente realizada entre los limpiadores de escuelas de Nueva Gales del Sur, encontró que el 66 por ciento aseguró no tener tiempo suficiente para limpiar las áreas que se les pedía.
Es difícil encontrar trabajadores porque quieren un buen pago y hay pocos estudiantes y pocas personas que quieran trabajar.
José Estrada, un trabajador de la limpieza en la universidad de Melbourne y en un centro de cuidado de niños, asegura que la falta de tiempo para limpiar las zonas asignadas es algo cercano a su realidad.
“Ahora estoy a tiempo completo, pero cuando trabajaba a media jornada, me hacían presión, pero no solo a mí, uno va corriendo. (…) Después de tres avisos, vas para fuera y pierdes tu trabajo”, explica José.
El gobierno de Nueva Gales del Sur dice que los limpiadores, incluido el personal de limpieza contratado, se consideran prioritarios para vacunarse contra el COVID, como parte del personal de apoyo para los trabajadores de la salud.
En Australia, desde febrero se han administrado al menos 10 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus, y el 13,6 por ciento de la población ha sido completamente vacunada.
Aunque en otras áreas como hoteles, hospitales o centros educativos habría más demanda de trabajo, Carolina prefiere limpiar casas particulares porque lo considera más seguro. Aún así, ella se vacunará.
“La casa es más segura que otro tipo de espacio, porque tú sabes quién vive en la casa, y que las personas se están cuidando”.
“Los clientes se están vacunando y nos están exigiendo a nosotros que estemos vacunados. Si no estoy vacunada, ellos ya tomarían la decisión de cancelar el contrato”, asegura Carolina.
