La historia de Santiago Aguirre Castiblanco y Felipe Ramos Coral, una pareja gay que reside en Australia, es un testimonio inspirador de resiliencia y lucha contra la discriminación.
Expulsados injustamente de un club nocturno latino por rechazar el pedido de un guardia de seguridad de bailar con mujeres, la pareja colombiana decidió convertir esa experiencia traumática en una oportunidad para promover la inclusión y crear un espacio seguro para todos.
Santiago y Felipe se conocieron en su país natal, Colombia, antes de mudarse a Australia en busca de nuevas oportunidades y libertad para vivir su amor en un sitio en el mundo promovido como abierto, multicultural y tolerante. Sin embargo, sus expectativas de ser aceptados y respetados por ser ellos mismos no se cumplieron en su totalidad.
En una salida con amigos a un club nocturno latino en Melbourne que prometía diversión y alegría, ambos se vieron envueltos en una situación que convirtió la noche en una pesadilla.
Santiago y Felipe (foto proporcionada por Santiago Aguiree)
“Estábamos todos juntos bailando en grupo. No estábamos borrachos ni haciendo problemas y este guardia, que no era latino, nos dijo en inglés que debíamos bailar con mujeres”, cuenta Felipe en entrevista con SBS Spanish.
Cuando su pedido fue ignorado, el guardia de seguridad los tomó de los brazos para expulsarlos del lugar, arrastrando a uno de ellos entre una multitud que miraba sin intervenir.
Fue una situación negativa y traumática, que también amenazó nuestra seguridad y nos generó un profundo miedo.Felipe Ramos Coral
Ambos presentaron una denuncia a la policía por discriminación y uso excesivo de la fuerza y compartieron su historia en grupos de Facebook hispanos, con el fin de averiguar si otras personas habían pasado por situaciones similares.
Recibieron una mezcla de comentarios. Algunas personas expresaron apoyo, mientras otras les enviaron insultos y los llamaron nombres ofensivos debido a su orientación sexual.
Fue una experiencia decepcionante, afirma Santiago, ya que un número importante de los seguidores de esos grupos son jóvenes y se supone que deberían tener una mentalidad más abierta, agrega.
Sin embargo, en lugar de dejarse vencer por el desánimo, Santiago y Felipe decidieron unirse a otros miembros de la comunidad LGBTI hispana en Melbourne para formar una iniciativa inclusiva llamada "Arcoíris Queer Latin Party". El objetivo era crear un espacio donde todos fueran bienvenidos, sin importar su género, cultura u orientación sexual. Esta iniciativa fue creada hace dos años y desde entonces han tratado de organizar una fiesta por lo menos una vez al mes.
“Las personas pueden expresarse y ser ellas mismas, las Drags pueden expresar su arte junto con los bailarines y personas que quieran cantar, todos son bienvenidos”, señala Felipe.
La idea detrás de "Arcoíris Queer Latin Party" surgió como una respuesta directa a la traumática experiencia vivida por Santiago y Felipe, y a la impotencia que sintieron cuando al denunciar el incidente a la policía, se encontraron con una reacción inesperada.
Santiago y Felipe (foto proporcionada por Santiago Aguirre)
Sin embargo, en lugar de dejar que la experiencia destruya sus esperanzas, optaron por seguir adelante con un proyecto que promueva la inclusión y diversidad.
Ambos esperan que sus vivencias puedan ayudar a promover el progreso social, y a inspirar a personas que se encuentran en situaciones similares a convertir las adversidades en oportunidades.
La Ley de Discriminación Sexual
En Australia, las personas homosexuales, lesbianas o bisexuales están protegidas contra la discriminación por la Ley de Discriminación Sexual de 1984 que establece que es ilegal tratar a las personas de manera menos favorable por su sexo, estado civil o embarazo en ciertas áreas de la vida pública, como en el trabajo y en la provisión de bienes y servicios.
También es ilegal despedir a una persona de su empleo por motivo de sus responsabilidades familiares. La ley también prohíbe el acoso sexual en la vida pública.
El acoso sexual es la conducta no deseada de naturaleza sexual que una persona razonable consideraría ofensiva, insultante o intimidante. Fuente: Australian Human Rights Commission
