El Gobierno Federal se enfrenta a una presión creciente para que flexibilice sus directrices de viajes al extranjero.
Los datos del Departamento de Asuntos Internos muestran que tres de cada cuatro solicitudes de salida han sido rechazadas.
En marzo, Australia cerró sus fronteras internacionales y prohibió a los ciudadanos viajar al extranjero.
Sólo las personas con excepciones especiales pueden hacerlo, incluso si el viaje forma parte de la respuesta de COVID-19, si no se dispone de tratamiento médico urgente en Australia o si es de interés nacional.
La Fuerza Fronteriza Australiana [[ABF]] ha recibido casi 92.000 solicitudes.
Poco más de 22.000 de ellas fueron concedidas entre marzo y julio.
Según expertos, la falta de claridad de los funcionarios no está ayudando.
Otros miembros del parlamento han expresado su preocupación por el proceso.
Sobre el impacto en los viajes y el turismo, conversamos con el agente de turismo y agente migratorio, Luis Cuadros.
