Se extiende el confinamiento en el área metropolitana de Sydney en medio del caos y de ayudas financieras

Police are walking in the shopping district in the southwestern suburb of Fairfield in Sydney

Police are walking in the shopping district in the southwestern suburb of Fairfield in Sydney Source: AAP

Más de 20 personas se encuentran en cuidados intensivos en Sídney, y la premier de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, ha ampliado el confinamiento durante quince días después de que el estado haya registrado 97 nuevos casos de COVID-19 adquiridos localmente.


Eso quiere decir que el confinamiento que afecta al área metropolitana de Sídney y sus alrededores se ha ampliado hasta las 23:59 horas del viernes 30 de julio.

Veinticuatro de los nuevos casos estaban en la comunidad mientras eran infecciosos.

En ese marco, el Gobierno ha ampliado la asistencia económica para los trabajadores y las empresas en Nueva Gales del Sur y ha aumentado la ayuda para los servicios de salud mental.

La ayuda consiste en un total de $ 5,100 millones. Más de mil millones de dólares de dicho monto forman parte de un programa del Gobierno federal para apoyar a empresas y empleados.

La asistencia financiera, denominada Pago por Desastre de COVID-19, aumentará a $ 600 a partir de la cuarta semana de confinamiento para las personas que han perdido 20 o más horas de trabajo a la semana.

Para las personas que han perdido entre ocho y menos de 20 horas por semana el pago aumentará a $ 375 a partir de la cuarta semana de confinamiento.

El Gobierno también introdujo un nuevo pago de hasta $ 10,000 por semana para apoyar a los negocios.

Ayer se reforzaron las restricciones en el área de gobierno local (LGA) de Fairfield.

A partir de la medianoche entró en vigor una nueva directiva que obliga a todos los trabajadores esenciales que necesiten salir de la zona local de Fairfield, en el suroeste de Sydney, a someterse a una prueba cada tres días y a presentar una prueba de su resultado negativo.

Durante la noche, cientos de personas esperaron entre seis y ocho horas para someterse a la prueba, con enormes filas que apenas se movían a primera hora de la mañana.

La frustración fue generalizada entre los residentes, con informes de que algunas personas han tenido dificultades para entrar en sus casas debido a los atascos que bloquean muchas de las calles.

Entrevistados: Sydney Demaría economista y profesor en la Universidad de Sydney y Carlos Encina director de la organización comunitaria SLASA  en Fairfield.

Escucha las entrevistas haciendo clic en la imagen de portada.


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