“Sientes que podías haber hecho más”: españoles rescatan vivas a víctimas del terremoto en Turquía

Voluntarios espeñoles del grupo Intervención Ayuda y Emergencia, IAE, buscando supervivientes en el terremoto de Turquía.

Voluntarios espeñoles del grupo Intervención Ayuda y Emergencia, IAE, buscando supervivientes en el terremoto de Turquía.

Los rescatistas voluntarios Moisés Belloch y Mariluz López relatan a SBS Spanish las dificultades y las satisfacciones que vivieron en Turquía al rescatar con vida a cinco personas que quedaron atrapadas en los edificios derruidos por el terremoto, una de ellas, una mujer que llevaba seis días atrapada.


A pesar de haber trabajado como rescatista en varios terremotos, la voluntaria Mariluz López se llevó una fuerte impresión al llegar a Turquía pocas horas después de que azotara el terremoto, para tratar de encontrar supervivientes bajo los escombros.

“Cuando llegamos allí vimos que era muchísimo peor de lo que se veía en las imágenes de la televisión. Había muy pocos edificios en pie y prácticamente estaban las ciudades completamente afectadas, era desolación total”, describió a SBS Spanish.

“Todavía estaba todo el mundo delante de los edificios, intentando sacar a la gente con las manos… impresionante”.

Miembro del equipo rescatista IAE localizando supervivientes bajo los escombros.
Miembro del equipo rescatista IAE localizando supervivientes bajo los escombros.

Mariluz llegó a Turquía el 6 de febrero con un grupo de 40 especialistas y dos perros de rescate, entre ellos, su perra Neus.

Todos ellos son voluntarios en la unidad Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid, ERICAM.

Otro equipo de 12 voluntarios españoles y dos perros de rescate, (Intervención Ayuda y Emergencia, IAE), llegó el mismo día desde Valencia, nada más producirse el terremoto.

La primera sensación es de miedo, ver todo el caos y el trabajo que hay por delante y los pocos medios que hay para poderlo realizar… miedo a no poder dar una respuesta adecuada a no poder ayudar al máximo y emplearnos a fondo.
Moisés Belloch

El bombero voluntario Moisés Belloch relató la presión que sintió al llegar debido a la monumental tarea ante el destructivo terremoto que ha causado más de 45.000 muertos.

“La primera sensación es de miedo, ver todo el caos y el trabajo que hay por delante y los pocos medios que hay para poderlo realizar… miedo a no poder dar una respuesta adecuada a no poder ayudar al máximo y emplearnos a fondo”, reveló Moisés.

Bombero y rescatista voluntario Moisés Belloch
El bombero y rescatista voluntario Moisés Belloch, en ruta hacia la zona de rescate tras el terremoto de Turquía.
Su equipo fue asignado por las autoridades a la ciudad de Adiyaman, donde localizaron y rescataron al primer superviviente, un joven de 26 años que tenía una pierna atrapada entre el hormigón.

“Tuvimos que emplearnos a fondo para poder sacar esa pierna y poderlo rescatar. Pero la sensación por parte de la familia que estaba allí y del propio rescatado cuando notó la liberación de ese pie, fue impresionante y satisfactorio”, relató.
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El equipo de rescatistas de Moisés Belloch, sacando a un superviviente entre los escombros.
El segundo rescate del equipo de Moisés fue más complicado. El hombre que localizaron estaba atrapado a mucha profundidad y les llevó seis horas acceder a él.

“Hubo que romper muchos materiales, acceder, quitar hierros, partes de los muebles… ir creando una galería hacia el interior”.
La sorpresa vino cuando, tras cuatro horas de operación y tratar de establecer comunicación con el hombre, les contestó una mujer.

“Eran un padre y una hija que estaban prácticamente juntos, así que les pudimos rescatara a los dos. En este caso fue una doble recompensa al esfuerzo y al trabajo que hicimos para llegar a ellos”.

La perra de rescate Neus entre los escombros
La perra de rescate Neus entre los escombros

El equipo de la rescatista Mariluz López también se llevó una sorpresa cuando iniciaron su segundo rescate en la localidad de Iskenderun: una mujer que llevaba seis días atrapada bajo un edificio de seis plantas sin acceso a agua ni alimentos.

“La mujer estaba entre dos forjados”, relató Mariluz. “No sabemos cómo pudo aguantar allí porque había como 30 o 40 cm entre forjado y forjado”.
Es impresionante. ¿Cómo pudo aguantar ahí seis días sin comer, sin beber, sin poder abrir los ojos, en oscuridad total y oyendo las máquinas alrededor?
Mariluz López
Gracias a la actuación del equipo sanitario, la mujer fue sacada con vida y trasladada a un hospital donde se recupera de sus heridas.

“Esta es una de esas situaciones en las que te dices: merece la pena el ir allí y hacer todo ese esfuerzo por sacar sólo a una persona”, dijo Mariluz.

La importante labor de los perros de rescate

Rescatista española Mariluz López con su perra de rescate, Neus.
Rescatista española Mariluz López con su perra de rescate, Neus.
El trabajo de los perros es fundamental para ayudar a localizar a los supervivientes. A parte de su trabajo como coordinadora de proyectos para una empresa, Mariluz tiene una escuela de perros de rescate.

“Ellos lo que intentan es detectar el olor de las personas vivas dentro del escombro, y se meten en zonas que evitan que los bomberos se expongan”, explicó.

Neus, perra de resctae de Mariluz López
La perra Neus localizando supervivientes en el terremoto de Turquía.

“Hay mucha cantidad de polvo, está todo muy compactado, hay cantidad de enseres, comida, fallecidos, todo eso les dificulta muchísimo la labor de detectar el olor”.

“Para ellos es como un juego, cuando encuentran una persona viva, ladran y nosotros les damos su juguete favorito, como hacemos en los entrenamientos”.
Merece la pena el ir allí y hacer todo ese esfuerzo por sacar sólo a una persona.
Mariluz López
En medio de toda la tensión, las horas sin dormir, el frío y los riesgos de su difícil tarea, Mariluz y Moisés coinciden en que lo más impactante ha sido el aguante y la actitud de tantas personas que lo han perdido todo y que continúan al pie de los edificios apoyando su trabajo.

Para Moisés es un recuerdo imborrable.

“Cómo nos han apoyado en todo lo que estábamos haciendo, ofreciendo comida, incluso en los momentos más duros donde tenías que decirles que sabíamos que su familiar estaba ahí pero que estaba fallecido, hasta en esos momentos tan duros, ha sido impresionante, cómo la gente ha estado con nosotros”, relató Moisés.

“La gente que sigue allí y te sigue dando lo poco que tienen para que coma el perro, te acercan una botella de agua, te dan todo lo que tienen”, dijo Mariluz.

Equipo de voluntarios de rescate de la unidad Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid, ERICAM.
Equipo de voluntarios de rescate de la unidad Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid, ERICAM.

Tras una semana trabajando al máximo, la vuelta a la normalidad en España no es fácil. Moisés pasó en Turquía cuatro días trabajando día y noche sin dormir.

Siempre te quedas con la sensación de que igual hubieras podido ayudar más, igual podías hacer más, pero tenemos nuestras limitaciones.
Moisés Belloch

“Cuesta recuperar el estado físico y desconectar de esta situación es difícil. Te cuesta encontrar ese nivel de equilibrar los recuerdos positivos y negativos. Siempre te quedas con la sensación de que igual hubieras podido ayudar más, igual podías hacer más, pero tenemos nuestras limitaciones”.

“Te gustaría hacer mucho más de lo que muchas veces está en nuestras manos”, reconoció también Mariluz, “pero me siento una gran afortunada porque ahora mismo, tengo todo lo que necesito para vivir bien. Vuelves otra vez a recuperar esa sensación de decir… ¿de qué me quejo?”.

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