“Yo soy fuerte, yo puedo”: Estudiante colombiana se vuelve inspiración en el fútbol femenino de Australia

Sahily Carrero en el Fawkner SC

Sahily Carrero, una estudiante colombiana residente en Melbourne, juega para la liga femenina del Fawkner SC. Credit: Supplied

Más allá de toda la ostentación de los eventos internacionales, el fútbol es un deporte que inspira, unifica y da identidad a muchas personas alrededor del mundo. Y para Sahily Carrero el fútbol es aún más. Para ella este deporte se ha convertido en su herramienta principal para demostrarse a sí misma que con paciencia, valentía y un poco de empeño siempre se puede ser feliz nuevamente.


Cuando Sahily Carrero decidió volver a la cancha de fútbol en Australia estaba invadida por el miedo. Se sentía insegura y juzgada. Lejos de su natal Colombia, interactuando en otro idioma y tras perder su brazo derecho en un accidente laboral, el panorama para esta estudiante internacional no era sencillo. Sin embargo lo intentó, porque sabía que tal vez el fútbol la llevaría de vuelta a la felicidad.

Yo tenía mucho miedo porque mi inglés no era el mejor. Además, psicológicamente, las personas te ven sin un brazo y dicen: ‘no va a hacerlo bien’. Pero yo en mi mente sabía que amaba esto. Yo llevaba muchos años jugando al fútbol, y podía hacerlo.
Sahily Carrero, futbolista colombiana en Australia.
La estudiante colombiana radicada en Melbourne reconoce que después de perder su brazo fue difícil volver a practicar fútbol. Para ella todo había cambiado. “Solo el defender un balón, cuando tú abres los brazos, ya no estaba mi brazo para ayudarme a eso. Entonces fueron momentos muy duros, la verdad. Momentos de mucha depresión, porque no podía hacerlo”, comenta Sahily Carrero durante una entrevista con SBS Spanish.
La joven colombiana llegó a Australia en el 2020 entusiasmada por el progreso que veía en su hermano mayor, quien ya llevaba más tiempo viviendo en este país.

Como muchos otros estudiantes internacionales, Sahily apenas pisó suelo australiano se puso a estudiar y a buscar trabajo.

Con su escaso inglés a las pocas semanas comenzó a limpiar casas. Pero como los ingresos no eran suficientes, ella continuó buscando trabajo hasta que a los pocos días se enteró que una fábrica de alimentos en Victoria estaba solicitando trabajadores y pidió empleo.

Sin embargo, apenas había pasado tres meses en su nuevo trabajo cuando la joven tuvo un accidente con una de las máquinas de la fábrica en la que su brazo quedó atrapado.

Desperté en el hospital y vi mi brazo tapado, pero podía ver mis dedos. Yo en mi mente pensaba: ‘todo está bien, no fue grave, me salvaron’. No recordaba muchas cosas. Muchas imágenes aún no las recuerdo.
Sahily Carrero, estudiante colombiana radicada en Australia.

Sin embargo, al quedar atrapado en una máquina procesadora de alimentos, el brazo de Sahily tenía muchas cortadas y a los pocos días comenzó la lucha contra las bacterias que le estaban provocando severas infecciones.

Sahily entró a quirófano más de una docena de veces para que le limpiaran las heridas y le trataran de reconstruir tendones, arterias, ligamentos y todo lo que estaba dañado en su brazo. Fueron varias semanas las que Sahily estuvo en terapia intensiva luchando por su vida.

Desafortunadamente, las infecciones no cedían, y tras muchas cirugías hubo que tomar una decisión.

“Estaban los cirujanos, cuando me dicen: ‘la bacteria se está expandiendo, el brazo ya no está respondiendo. Esa bacteria se puede expandir a los pulmones y puedes morir. Entonces necesitamos tomar la decisión ya’. Debían hacer la amputación, porque mi vida estaba en riesgo.

En ese momento yo estaba sufriendo mucho en el hospital. Era muy duro. Yo no me paraba, no iba al baño, tenía muchos dolores, estaba conectada. Yo lo único que dije en ese momento fue ‘sí, quítemelo, yo quiero vivir. No me importa. Quítemelo… quítemelo. ¡Ya no más!
Sahily Carrero, estudiante internacional en Australia que sufrió un accidente laboral.
En ese mismo instante el personal del hospital encaminó a Sahily al quirófano para enfrentar una cirugía de amputación de brazo que duró más de once horas.

Durante los siguientes días, Sahily entró y salió del quirófano constantemente, pues la bacteria, aún ya sin el brazo, seguía siendo una amenaza.

Un par de semanas después la joven colombiana estaba fuera de peligro, pero le esperaba un largo camino de recuperación, terapias y tratamientos. Así que por algunos meses más Sahily vivió en el hospital tratando de asimilar su nueva realidad.

“Yo sólo quería irme a Colombia para estar con mi familia… Estaba tan molesta de este país que yo decía: ‘esto me pasó acá’. Entonces no quería saber nada. Yo pensaba: ¿cómo voy a hacer las cosas? ¿cómo van a ser mis sueños profesionales, personales, familiares? Yo estaba en el limbo. Lo único que pensaba en ese momento era irme para Colombia”, comenta Sahily.

Sin embargo, al ser un accidente de trabajo Sahily estaba atada a Australia para recibir tratamientos y terapias, así que muy a su pesar tuvo que quedarse junto a su hermano y comenzar la recuperación.

Siete meses después del accidente, las visitas de Sahily al hospital se fueron haciendo cada vez menos frecuentes y poco a poco la joven colombiana comenzó a planear qué haría con su vida de ahora en adelante.

“Yo pienso que esto me hizo muy fuerte emocional y mentalmente. Porque cuando tú te enfrentas a la muerte estás sola, sientes un vacío. En ese vacío yo me construí a mí misma”, afirma la estudiante.
Sahily Carrero, estudiante colombiana.
Sahily Carrero decidió enfrentar su nueva realidad apoyada en el deporte. Credit: Supplied
El deporte siempre ha formado parte de la vida de Sahily. Desde pequeña ella siempre ha jugado al fútbol. Para ella estar en la cancha es detener el tiempo por un momento para solo concentrarse en ser feliz, así que con esa confianza buscó al fútbol nuevamente, ahora en Australia.

“Entonces dije: ‘voy a empezar a buscar al fútbol’. Pero todos me decían no, porque el brazo, los choques. Pero yo en mi mente decía: ‘no, yo soy fuerte, yo puedo’. Siempre me dije a mí misma: ‘yo puedo con todo esto’. Así que había un club cerca a mi casa…”

Ese club es el Fawkner Soccer Club, que se encuentra al norte del centro de Melbourne. Así que Sahily con la certeza de su años en el fútbol femenil colombiano, y a pesar de las inseguridades que le causaba su actual condición física y su poco inglés, se animó a tocar la puerta.

Aunque Sahily ya tenía bastante experiencia en la cancha, en Colombia ya había jugado varios torneos a nivel local y estatal, para ella ese primer partido que jugó con su nuevo equipo en Australia es algo que nunca olvidará.
Yo recuerdo que ese día solo jugué como 15 minutos. Yo lloré después del partido, porque había sentido que todo se había parado, que todo era igual, que nada había pasado, era solo estar disfrutando ese momento. Todo estaba bien, había paz, tranquilidad, todo estaba perfecto.
Sahily Carrero
“Aunque me costaba mucho correr, yo lo único que pensaba era: ‘¡gracias, gracias!’. Estaba muy agradecida porque yo decía: ‘estoy viva y estoy acá, jugando en lo que amo’… También era una cosa muy bonita porque muchas personas me veían como diciendo ‘si ella puede hacerlo, porqué yo no puedo hacerlo”, comparte Sahily.

La joven colombiana confiesa que al principio le dolía mucho encontrarse con las miradas de las otras jugadoras o de los espectadores que la observaban con curiosidad, hasta con extrañeza.

Sahily reconoce que ella lloraba mucho por las noches, pero poco a poco logró convertir esas miradas curiosas en motivación para demostrar que ella podía jugar como cualquier otra jugadora y a la vez a inspirar a otras personas.

Pero el momento de su victoria personal vino cuando anotó su primer gol, algo que le hizo derramar lágrimas de felicidad.

Yo lloraba y agradecía por todo lo que estaba pasando. Porque a pesar de todo lo que me ha ocurrido yo decía: ‘estoy acá y estoy haciéndolo.
Sahily Carrero.
Sahily Carrero está en el proceso de construirse una nueva vida. A poco más de dos años de su accidente laboral, esta chica colombiana trabaja todos los días en su recuperación, acude a sus terapias, a sus entrenamientos de futbol y, por si fuera poco, se ha convertido en entrenadora e inspiración de un grupo de mamás que practican fútbol.

Actualmente, Sahily está en plena campaña para encontrar un trabajo en el que pueda ayudar a otras personas, ya sea en el deporte o a personas con discapacidades. Sin embargo, no descarta la posibilidad de jugar en una división más alta o convertirse en entrenadora de un equipo de futbol femenil en Australia.

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