El período de aislamiento obligatorio para las personas con COVID-19 finalizó el viernes 14 de octubre en los estados y territorios de Australia.
El pago del gobierno de baja por pandemia también ha terminado, excepto para los trabajadores casuales en los sectores de atención a personas mayores, personas con discapacidad, atención hospitalaria o sitios que ofrecen atención médica a personas aborígenes.
NSW Health anunció en un comunicado que las personas que dan positivo en la prueba de COVID-19 y trabajan en entornos donde hay personas vulnerables deben ausentarse del trabajo por siete días y solo pueden regresar cuando no tengan más síntomas.
Informar sobre el resultado de la prueba RAT sigue siendo obligatorio en algunos estados y territorios.
La mayoría de las restricciones de COVID-19 han sido eliminadas, excepto el uso de mascarillas en sitios de alto riesgo. La vacunación obligatoria sigue vigente para los trabajadores de la salud en todo el país.
Un nuevo estudio de la Universidad Nacional de Australia indica que uno de cada 10 australianos ha tenido COVID prolongado (long Covid).
El autor principal del informe, el profesor Nicholas Biddle, dijo que es probable que las personas que sufrieron una amplia gama de síntomas o tuvieron COVID durante un período prolongado sufran de agotamiento y reporten un deterioro significativo en su bienestar.
Mientras tanto, los australianos ahora pueden acceder a la vacuna bivalente de Moderna que ataca el virus original de COVID y la subvariante BA.1 de ómicron.
Sin embargo, un grupo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que los datos actuales eran insuficientes para recomendar una vacuna bivalente.
Según The Guardian, Australia descartó alrededor del 20 por ciento de sus vacunas COVID el mes pasado debido a la baja demanda de la población por las vacunas de refuerzo.
Sin embargo, este porcentaje todavía está por debajo del nivel "aceptable" de desperdicio, determinado por la OMS para una vacuna multidosis. El desperdicio aceptable oscila entre el 15 y el 40 por ciento, según la OMS.
Un informe de la Universidad Católica de Australia y el sindicato United Workers señaló que los residentes de los suburbios más multiculturales en el oeste de Sídney se sintieron más atacados y discriminados racialmente durante los confinamientos por la pandemia que los residentes en suburbios de clase media alta en este de Sídney
"Los residentes de Western Sydney y otras zonas se vieron obligados a lidiar con restricciones más estrictas que afectaron su movilidad física y toques de queda nocturnos que no fueron implementados en otras partes de Sídney", señala el informe.
Por su parte, el gobierno del estado de Australia Occidental (WA) ha decidido reducir las clínicas de vacunación estatales. Sin embargo, las vacunas todavía están disponibles en las clínicas de médicos de cabecera y algunas farmacias.
Nuevos modelos que pronostican los brotes de COVID-19 muestran que la próxima ola en Australia Meridional (SA) alcanzará su punto máximo a principios de diciembre. Sin embargo, se espera que el pico sea menos severo que previas olas y que el mayor número de hospitalizaciones ocurra alrededor de Navidad.
Un grupo de trabajo independiente que investiga los origenes de virus y otras pandemias descubrió que el origen de COVID-19 "muy probablemente es zoonótico", lo que significa que el virus saltó de animales a humanos.
El grupo de trabajo no encontró "evidencia verificable o creíble" de que el COVID-19 se originó en un laboratorio.
El número de personas infectadas con COVID-19 alrededor del mundo disminuyó en un 10 por ciento y las muertes en un 1 por ciento durante la semana que finalizó el 9 de octubre, dijo la OMS en su último informe.
Alemania, China, Francia, EE. UU. e Italia registraron las cifras de infección más altas del mundo.
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